Foto: Chus Álvarez
Loreto Costa/Santiago de los Caballeros (R.Domínicana).- Los buzos son las personas que literalmente bucean entre la basura. Han encontrado en el vertedero su medio de vida. Hombres y mujeres que pasan horas rebuscando entre los desperdicios para luego seleccionar lo que les interesa y venderlo como cartón, papel, plástico o metales.
Además del perjuicio para su salud, hace unos años este trabajo se llevaba a cabo en medio de continuos conflictos entre ellos,que incluían robos y agresiones con armas de fuego. La situación ha cambiado y en la actualidad han llegado incluso a crear sus propias asociaciones. Además dentro del programa en el que colabora Cooperación Gallega, se ha conseguido erradicar la presencia de menores de 15 años que hasta hace poco también trabajaban en el vertedero.
Llama mucho la atención la dignidad que tienen estas personas a la hora de dirigirse a los demás. No se esconden y hablan con naturalidad de su trabajo, algo que probablemente en otros lugares sería motivo de vergüenza o discreción.
Además del perjuicio para su salud, hace unos años este trabajo se llevaba a cabo en medio de continuos conflictos entre ellos,que incluían robos y agresiones con armas de fuego. La situación ha cambiado y en la actualidad han llegado incluso a crear sus propias asociaciones. Además dentro del programa en el que colabora Cooperación Gallega, se ha conseguido erradicar la presencia de menores de 15 años que hasta hace poco también trabajaban en el vertedero.
Llama mucho la atención la dignidad que tienen estas personas a la hora de dirigirse a los demás. No se esconden y hablan con naturalidad de su trabajo, algo que probablemente en otros lugares sería motivo de vergüenza o discreción.
Como bien trasmite Loreto, mostrarse tal como eres y no avergonzarte de lo que haces son valores en peligro de extinción en muchos puntos del planeta, especialmente en los países del Norte. La dignidad con la que estas personas te ofrecen la posibilidad de acercarte a su mundo sorprende desde la visión de una persona que proviene de una sociedad deshumanizada como la nuestra, en la que todo son apariencias, pero es una actitud ante la vida que deberíamos envidiar y, desde luego, fomentar. Una persona es digna por lo que es, no por trabajar o vivir en un lugar u otro. Interesante reflexión la de esta entrada. Gracias por compartirla.
ResponderEliminarEs increíble que estas cosas sigan pasando en un mundo supuestamente civilizado como el nuestro. Tener que sobrevivir así tiene mucho mérito, pero demuestra una vez más las tremendas desigualdades de nuestro mundo.
ResponderEliminarÁnimo chicas, estáis haciendo un trabajo fabuloso. Estamos completamente enganchados a la realidad que nos estáis contando con tanta cercanía. Un beso muy fuerte para las dos.