sábado, 14 de noviembre de 2009

Crédito para una vida mejor



Fotografías: Chus Álvarez

Loreto Costa, República Dominicana.-El acceso al crédito es la culminación del proceso formativo. No se trata solo de una ayuda económica sino también una promoción de la formación para la autogestión, con el fin de elevar el nivel y la calidad de vida de los beneficiarios.
El primer paso es la capacitación en distintas disciplinas como cocina, artesanía, restauración, belleza, manejo de productos químicos para hacer jabones y detergentes, etc.
Además, a nivel técnico se forma en la gestión de recursos económicos porque, como nos comentó Octavi, uno de los cooperantes de ACPP, "de nada sirve que una mujer sea buena peluquera si no sabe calcular los gastos y beneficios que tendrá. El microcrédito puede ser un arma peligrosa si no tienen una buena formación". Por esa razón se supervisan los conocimientos de los candidatos a recibir un microcrédito antes de su concesión y se hace un seguimiento a posteriori para ver si funcionan. Si la respuesta es positiva podrían concedérseles préstamos mayores con posterioridad.
Un total de 391 mujeres han sido beneficiarias con programas de crédito cuyos montos oscilan entre los 150 y los 700 euros para apoyar iniciativas productivas. El 70% de estas mujeres han recibido formación en contabilidad básica y manejo de efectivos, planes de inversiones y atención al cliente.
Fiordelisa es una de estas mujeres. Montó una tiendecita, mezcla de droguería y todo a cien, en su casa (todos los negocios están dentro de los hogares para ahorrar gastos y a la vez poder cuidar de sus hijos). Además de relatarnos como la creó, nos explicó las dificultades que tiene cuando su vivienda se inunda. Cuando llueve y el río crece (esto ocurre con mucha frecuencia entre junio y noviembre) debe recoger rápidamente sus pertenencias y escapar ladera arriba para salvar la vida. Hay personas que acuden a casas de familiares que viven en la zona alta, otros se cobijan en la iglesia o los colegios, pero Fiordelisa prefiere quedarse a la intemperie, cubierta con una lona, porque allí puede seguir vendiendo durante los 4-5 días que debe esperar a que el agua baje. Para facilitar la evacuación de estas personas, las entidades que colaboran en la mejora de estos barrios, han construido 29 callejones con escaleras y casi mil metros de muros de contención que eviten el derrumbamiento del terreno sobre el que se "asientan" las viviendas. Con estas infraestructuras se han visto beneficiadas alrededor de 5.000 personas que viven en zonas de riesgo.

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