miércoles, 18 de noviembre de 2009

La culminación de un sueño


Fotografía: Chus Álvarez

Loreto Costa, El Salvador.- Para mejorar la calidad de vida de estas 627 familias (unas 2.400 personas) era necesario multiplicar los ingresos de los pescadores. Hasta ahora se veían obligados a vender sus capturas a intermediarios, que eran los propietarios de las lanchas, redes y del hielo necesario para la conservación del pescado (por eso reciben el nombre de hieleros, aunque también se les conoce como coyotes). Pero con este sistema el dinero se lo quedaba el intermediario.


Moisés Portillo, técnico promotor del proyecto, nos puso un ejemplo muy gráfico "había personas que empezaban a pescar a los siete años, se morían a los setenta con el remo en la mano y no tenían ni para pagar su entierro". Este problema quedará paliado en breve, cuando empiece a funcionar la planta transformadora de pescado, que todos ven como un sueño hecho realidad.
La planta será un elemento estratégico, donde los pescadores podrán vender sus capturas a un precio justo, el producto adquirirá un valor añadido por la mejora de las condiciones higiénicas y se generará empleo.
Entre los nuevos puestos de trabajo cabe destacar la incorporación de la mujer al mundo laboral, del que estaba prácticamente excluída pese a que la pesca artesanal es la principal actividad económica de las comunidades. Esperanza Villalta, coordinadora de CRIPDES (Asociación de Comunidades para el Desarrollo del Salvador) nos explicó cual es y ha sido el papel de la mujer.

Quince mujeres trabajarán como agentes comercializadoras, comprando pescado a un precio justo en la planta y vendiéndolo luego puerta a puerta por casas y restaurantes. Ana Bilma es una de estas mujeres. Ella nos explica como es su trabajo.

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