viernes, 13 de noviembre de 2009

Ausencia de consciencia


Fotografías: Chus Álvarez

Loreto Costa, República Dominicana.- Todos hemos visto la pobreza, de cerca o través de imágenes, pero personalmente nosotras nunca la habíamos tenido tan próxima en un grado tan extremo. Con nuestros propios ojos hemos presenciado escenas que podrían parecer inverosímiles si alguien nos las contara, como decenas de personas arremolinadas alrededor de un camión que descarga basura. Los desperdicios les caen encima y ellos se afanan en revolver en su contenido buscando materiales que puedan vender para contribuir a la subsistencia de sus familias. Si no fuera por el olor nauseabundo y las toneladas de desperdicios que los rodean, la imagen nos recordaría a otros lugares donde la gente se lanza desesperada sobre los camiones que les traen ayuda humanitaria y alimentos.



Pero a pesar de todo esto nos llama poderosamente la atención su carácter afable, su capacidad de relacionarse con nosotros con total naturalidad y contarnos sus experiencias con absoluta dignidad.

Los miembros de las ONG que trabajan con ellos para mejorar su calidad de vida nos han dicho que esto no era así poco tiempo atrás. Antes de la implantación del programa estas personas ni siquiera se relacionaban entre si, cada uno iba a lo suyo, y había constantes disputas. La mayoría iban armados, con pistolas y armas blancas y eran frecuentes los heridos de gravedad. Uno de los buzos incluso nos contó que había conductores de camiones que también se defendían a tiros de los asaltos y ataques armados que recibían.

Además, la contaminación era tal que una neblina de humo tóxico cubría permanentemente el vertedero, hasta el punto de que no se veían unos a otros en una distancia de escasos metros. Este humo era consecuencia de los incendios provocados por los buzos que buscaban metal. Quemaban la basura para encontrar con más facilidad este tipo de material y la concentración de gas metano propagaba el incendio durante días.

Afortunadamente, gracias a la formación que están recibiendo, todo esto forma parte del pasado, igual que la presencia de menores de quince años y mujeres embarazadas en el vertedero. Nosotras hemos caminado con ellos por la zona con total tranquilidad, sin tener en ningún momento sensación de riesgo, salvo por la presencia de moscas y otros insectos que puedan propagar enfermedades. Ellos parecen inmunizados y solo ahora, que han recibido información y formación, son conscientes de en que grado han puesto sus vidas en peligro.

Como ejemplo podemos contar que antes la gente comía y bebía directamente lo que encontraba entre la basura. Al preguntarles si no tenían miedo de contraer alguna enfermedad, uno de los buzos nos dice "eso no nos enfermaba, nos engordaba". Ahora son conscientes de que esa práctica puede entrañar graves riesgos para su salud y se llevan comida de casa o se la compran a las personas que montan sus puestos en el vertedero y la consumen en zonas "más límpias".


1 comentario:

  1. Después de leer el primer párrafo de esta información,tan gráfico y redactado con tanta claridad, me ha quedado el cuerpo fatal. No os olvidéis durante los próximos días en lo importantes que son estas imágenes, tanto las que retrata la cámara como las que salen del teclado, y en todo lo que pueden ayudar para cambiar un poquitín el mundo y, sobre todo, a las persoas que forma parte de este mundo actualmente insensible.
    Ya sé que sueno repetitiva, pero enhorabuena por este maravilloso retrato de una realidad hasta ahora totalmente desconocida para tantos de nosotros.

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